Tierra Blanca: la batalla sigue a flor de piel
11 octubre, 2015 | 4:02 am
Parte de nuestro pasado anida en el campo de batalla, está ubicado entre los kilómetros 30 y 40 de la carretera Ciudad Juárez–Chihuahua, entre la antigua garita aduanal y el Umbral del Milenio
Fuente: Cortesía: Néstor Tapia Estrada
¿Qué pensaría de saber que apenas a unos pocos kilómetros al sur de la ciudad se ubica uno de los mayores territorios donde se tuvo una de las confrontaciones más grandes de la Revolución Mexicana en Chihuahua?
Imagine un campo de batalla donde miles de hombres luchan por conseguir un mejor país. Recreé en su mente la lucha entre las fuerzas federales y los revolucionarios, quienes desprovistos de la instrucción militar, lograron, gracias al ingenio de sus líderes, operar tácticas de guerra que les permitieron alzarse con la victoria.
No es un guión de una película, sino la “Batalla de Tierra Blanca”, un hecho de armas que significó la victoria de las fuerzas del general Francisco Villa sobre el ejército a cargo de José Inés Salazar, comandante de las federales de Victoriano Huerta.
El campo de batalla, está ubicado entre los kilómetros 30 y 40 de la carretera Ciudad Juárez- Chihuahua, entre la antigua garita aduanal y el Umbral del Milenio.
Pese a su importancia histórica, no ha sido tomado en cuenta para considerarse como un parque que bien pudiera tener tintes de orgullo nacional, consideró Gabriel Hernández Sapién, de 42 años, quien desde hace un par de años creó junto a su amigo Fabián Leaños Levario, de 34, el grupo “Cazadores de Historia Ciudad Juárez, brigada Tierra Blanca”.
Hernández Sapién recordó que fue entre el 22 y 25 de noviembre de 1913 las fuerzas de Villa y Huerta libraron la batalla de Tierra Blanca, una de las más feroces de la Revolución mexicana en nuestra región, solamente opacado por la Toma de Ciudad Juárez (1911).
Los dos ejércitos contaban miles de hombres filas, y aunque en teoría, el lado federal tenía mayores conocimientos bélicos, el ímpetu del espíritu revolucionario se impuso en el desierto juarense.
En el segundo día de combate la caballería villista mermó a las tropas de Salazar, a la par, se dio un hecho digno de una película hollywoodense, cuando el general Rodolfo Fierro, se apoderó de una locomotora cargada de explosivos, la cual hizo estallar en el campo enemigo, lo que significó en gran medida la derrota de los federales.
Sigue la batalla a flor de piel
Han pasado casi 102 años de que la épica batalla de Tierra Blanca tuvo lugar. Es una mañana de domingo de principios de otoño y los pasos del grupo Cazadores de la Historia en el que comandados por Leaños y Hernández Sapién, un grupo de visitantes recorren a pie la zona del combate.
El silencio en la nada y la esperanza de encontrar algún vestigio es lo único que les acompaña en esa zona desértica, donde la paz hoy reina, allí pocos pudieran imaginarse una tempestad de balas y el suelo teñido en sangre.
El avance de la expedición transcurre y entre comentarios del doctor Julián Verdín de Anda, colaborador del grupo, se plantean teorías sobre la posible ubicación de las fuerzas guerrilleras.
A pocos metros, la ingeniero juarense Corina Galván Villanueva conversa con Néstor Tapia Estrada, mexicano residente de Washburn, Wisconsin, quien aprovechó su visita al Consulado de Estados Unidos, para contactarse con el grupo de Cazadores y hacer el recorrido.
En Tierra Blanca, es común localizar los casquillos y las ojivas de de rifle Mauser. Aún y cuando los expedicionarios cuentan con equipo especializado para búsqueda de metales, los rastros de la batalla siguen a flor de piel.
Hay también huecos donde las trincheras fueron colocadas, surcos que se encuentran pese al paso del tiempo perfectamente delineados y que permiten apreciar los puntos de ataque de ambos bandos.
El profesor Adrián García Castro, otro integrante del grupo, toma registro fotográfico de cada hallazgo, cada pieza que se localiza servirá para convertir realidad un sueño del grupo: La creación del Museo de la Batalla de Tierra Blanca.
Estación del ferrocarril: Los Médanos
Ubicada en el kilómetro 60 de la Carretera Ciudad Juárez- Chihuahua, la estación Los Médanos, forma parte de la historia de la región.
Abandonada y casi deshecha, la vieja parada del tren, yace en el completo olvido por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno, quienes no han valorado su riqueza, señaló Corina Galván Villanueva.
Ingeniero de profesión, esta mujer que trabaja en la industria maquiladora mostró su preocupación sobre el poco interés que se tiene en los espacios históricos dentro y fuera de la zona urbana.
Allí, en la estación Los Médanos, la idea del grupo donde también colabora Galván Villanueva, es colocar un museo que muestre la participación que dicho edificio tuvo en la historia de la región o por lo menos, mover la mirada de las autoridades para que pongan atención al inmueble.
“Nosotros queremos hacer el Museo de Tierra Blanca, que se muestre a la gente parte de esa riqueza que tuvo nuestra región en cuestión histórica, necesitamos que se le ponga cuidado a nuestros monumentos históricos”, comentó.
Para la creación del museo de la batalla, Gabriel Hernández Sapién, Fabián Leaños, Eduardo Longoria y Alfonso Leaños, han logrado recolectar parte de los vestigios e incluso, artículos como puntas de flechas de los primeros pobladores de la región.
Se trata de piezas como distintos tipos de proyectiles usados y enteros, incluso fragmentos de balas de cañón, balines, monedas, botones e insignias de trajes del ejército de Estados Unidos, pertenecientes a la expedición punitiva, que también llegó a pasar por la zona.
Son artículos que están a simple vista, pero que han requerido de cientos de horas de marchas a pie, revisando metro a metro la zona de batalla.
“A nosotros no nos interesa profanar, lo que hemos recolectado ha sido en las caminatas que hemos ido llevando a cabo, cuando llevamos a grupos que se interesan en conocer un poco de la historia de la región”, comentaron.
Las expediciones no cuentan con patrocinio alguno de autoridades u organizaciones dedicadas a la preservación de espacios histórico-culturales. Los gastos que genera cada visita son costeados por cada uno de los integrantes del grupo.
Han sido cuatro horas de intenso recorrido y el pelotón se da por satisfecho, después de descansar un poco bajo la sombra de la vieja estación de tren, donde el próximo mes colocarán una manta para conmemorar el aniversario de la batalla.
La tropa se levanta y sube a sus vehículos. Tierra Blanca se encuentra en paz, sin novedad que reportar al General Villa.