San José Ni Misión ni Ermita
Viernes 07 Diciembre 2012 | 01:15 hrs
3
1
4
No era una “Misión” como las edificadas por frailes franciscanos en la región, para evangelizar y bautizar a las tribus de las tierras salvajes del Río del Norte. A pesar de que se construyó a la vera del Camino Nacional que conducía desde las rutas del sur hacia el centro de la ciudad, tampoco era una Ermita para refugio espiritual de los viajeros o para agradecer la partida o la llegada a la Villa Paso del Norte. Mucho menos, durante sus primeros años fue una capilla abierta a la comunidad, que entonces se componía de peones que trabajaban en los sembradíos cercanos. De acuerdo con archivos históricos, el hoy templo de San José fue construido por su fundador don Inocente Ochoa, sobre terrenos que compró en julio de 1862 para construir un cementerio particular, donde yacen los cuerpos de al menos 29 personas. El predio fue vendido por Don Mariano Horcasitas, pero se desconoce el monto de la operación. Según refiere Antonio Ruiz Caballero, historiador y director del Centro Municipal de las Artes (antiguo Palacio Municipal), la capilla de San José fue edificada sobre terrenos dedicados a la labranza que se regaban con el agua de la Acequia del Pueblo, también llamada Acequia de los Indios. El agua procedía de la Acequia Madre, desde una derivación que partía en lo que actualmente es el cruce de la avenida Juárez y la calle Ignacio Mejía. Alrededor de aquel velatorio se asentaron familias que crecieron formando caseríos y que se dedicaban a cultivar trigo, frijol y maíz durante la segunda mitad del siglo XIX. Aquella comunidad llegó a ser el pueblito de San José, según lo recopilado por el historiador Baudelio Pérez Mucharraz (1889-1973) y el presbítero Baudelio Pelayo Brambila (1900-1975), ex párroco de la Catedral, quienes investigaron sobre el origen y objetivo del velatorio hace varias décadas. El templo de San José se encuentra a un costado del Camino Viejo a San José, sobre la calle Francisco Márquez. En esa zona agrícola donde hoy se establecen las oficinas del gobierno estatal, dos centros comerciales y la sede de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, se cosechaban frutas para hacer orejones, pasa de uva y vinos y licores de la región. Había viñedos. Fue construida en la parte suroeste del Puente de los Indios, entonces un lugar peligroso, de difícil acceso. En su edificación se usaron adobones de sesenta centímetros, desde la cimentación hasta la fachada, donde se levantaba un campanario en copete para dos avisadores de bronce, y un tejaban. Según la historia recopilada por Ruiz Caballero y por el cronista Felipe Talavera, el visitador de Provincias, Don José Gálvez, comisionó al comandante don Pedro José de la Fuente para otorgar el permiso de su construcción sobre el Camino Real, acceso natural al Paso del Norte. Fue consagrada en 1885 por don Pedro Tamarón y Romeral, obispo de Durango, cuando se trasladaba hacia Tucson donde fue enviado por el Papa Pio VI para encargarse del clero secular en esa región de Arizona. Se cita en estos archivos consultados por el historiador que el presidente Benito Juárez hizo su entrada a la Villa Paso del Norte por San José, de donde partía el Camino Nacional hacia el centro poblacional donde destacaba la Misión de Guadalupe. Fundan camposanto En la parte trasera se ubica el camposanto del velatorio, donde descansan familias de alcurnia de la entonces Villa Paso del Norte. Ahí yace uno de los fundadores del camposanto, Don Mariano Samaniego, quien falleció el 2 de octubre de 1905 a la edad de 74 años. También descansa su esposa Doña Carmen Siqueiros de Samaniego, fallecida el 10 de abril de 1913, con 73 años de edad. Históricamente San José ha sido confundido con otros templos o lugares como El Presidio de Nuestra Señora del Pilar y del Señor San José, que fungió como fuerte militar para defender a la población de los ataques apaches y de otras tribus de salvajes. Ese Presidio es hoy el Centro Municipal de las Artes o la Antigua Presidencia Municipal. La capilla hoy se encuentra en un periodo de reconstrucción y remozamiento a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, tras el derrumbe que sufrió con las lluvias de julio de 2008. Actualmente es administrada por la Diócesis de Ciudad Juárez. Ahí celebra misas desde hace muchos años, y se imparte el Catecismo. Aun cuando la lluvia lo destruyó, los feligreses se reunían a cielo abierto para celebrar la homilía. LOS SEPULCROS Francisca Ronquillo de Ochoa 31 años / Julio de 1866 Concepción Samaniego de Ochoa 52 años / Agosto de 1882 María Nájera y Daguerre 11 meses / 8 de junio de 1893 Antonio Severo Borrajo 80 años / 22 de diciembre 1896 Delfina Ochoa de Daguerre 41 años / Noviembre de 1897 Ramón Gil Samaniego y Siqueiros 23 de junio de 1898 Francisco José Samaniego 6 meses / 27 de junio de 1898 Luisa Álvarez y Flotte 20 años / 16 de marzo de 1900 Mariano Bernal 85 años / 8 de diciembre de 1900 María de Jesús Carrasco de Ochoa 92 años / 23 noviembre de 1901 Doctor Mariano Samaniego 74 años / 2 de octubre de 1905 Casimiro Abeitia 28 de abril de 1907 Inocente Ochoa 77 años / 19 de mayo 1909 Carmen Siqueiros de Samaniego 73 años / 10 de abril de 1913 Ismael Ochoa 70 años / 12 de marzo de 1918 Juana A. de Abeitia 15 de diciembre de 1919 Tumbas con iniciales: 5 Tumbas sin identificación: 9 arebolledo@redaccion.diario.com.mx