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Francisco I. Madero, herido en Casas Grandes, 1911

Marzo de 1911 Capitán José Kingo Nonaka, relata... "Cuando llegué a la casa de mi compadre, en Viejo Casas Grandes, estuvimos platicando largo rato, interrumpiéndonos un fuerte tiroteo acompañado de cañonazos y el estallido de granadas durante varias horas. Después, un poco de calma y silencio, ya que el tiroteo había cesado, solo en la calle se escuchaba gente llorando, gritos, rezos, gente que hablaba en voz alta, me asomé por la ventana y comprobé lo escuchado, mi compadre me gritó advirtiéndome que me quitara de la ventana, por el peligro de alguna bala perdida. En eso estábamos cuando tocaron a la puerta fuerte y con mucha insistencia, me asomé por la ventana y vi que eran los vestidos con sombrero tejano y que hablaban en voz alta. Abrió la puerta mi compadre y uno de ellos preguntó: - ¿Tienen alcohol o petróleo?, lo necesitamos para un herido. Y vi que traían a un señor herido de la mano derecha, me dirigí a él, que estaba sangrando abundantemente, le dije: - Veo que viene herido y si usted gusta, yo lo curo, soy enfermero diplomado. Y él me respondió: - No necesitas decírmelo dos veces. Al examinarlo me di cuenta que no era una herida grave, que solamente fue el roce de una esquirla de granada lo que produjo la herida. Hasta ese momento, yo no sabia quien era ese señor. Solamente me fijé que era una persona de baja estatura, bien vestido, con sombrero tipo tejano, polainas, con bigote y barba estilo francés, comúnmente llamada "piochita". Cuando terminé de curarlo, me dio las gracias y quería pagarme con un billete de 10 dólares, yo me negué a recibir la paga por la curación, argumentando que yo no cobraba por ese servicio, que era mi deber y me contestó: - Tome el dinero, y además, usted, doctor, se viene con nosotros, y será nuestro doctor, así es que póngase su saco y su sombrero, y vámonos. Volteé hacia la puerta y vi a los acompañantes de señor, uno llevaba el veliz de mi ropa y otro llevaba mi estuche médico, inmediatamente le dije: - Señor, yo no puedo ir con ustedes porque estoy trabajando en el Hospital Civil y Militar de Ciudad Juárez, y si no me presento a trabajar, me tomaran como desertor y posiblemente, a la cárcel voy a parar. Y el señor que curé me contestó: - No te preocupes, yo respondo por ti. Los mas curioso fue que no me preguntó mi nombre, ni de que origen era o déjame ver tu pasaporte, solamente me dijo: - Vámonos, la Patria necesita gente como usted, doctor. Me despedí de mi compadre y de su familia y me llevaron hasta la colonia Juárez, que es de mormones. Al día siguiente supe que el señor que curé era el jefe revolucionario Francisco I. Madero, ¡vaya sorpresa!" ________________ Foto: Francisco I. Madero herido el 6 de marzo de 1911 en Casas Grandes. Fue atendido por el Capitan José Kingo Nonaka. ________________ Kingo Nonaka. Andanzas revolucionarias. Genaro Nonaka. Compilador. Editorial Artificios. Noviembre 2014

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