Berumen Mantiene viva la lucha
Viernes 20 Noviembre 2015 | 00:00:00 hrs
Carlos A. Camacho Rivera/especial para El Diario |
Cuernavaca, Morelos— Su pasión por las imágenes fijas y en movimiento, así como su interés por recuperar la historia de la región de Ciudad Juárez y El Paso, ha llevado al juarense Miguel Ángel Berumen a ser un referente internacional en la historiografía de la Revolución Mexicana. Con más de ocho libros de investigación fotográfica publicados a nivel nacional e internacional, decenas de exposiciones en las que ha participado como curador, así como distintos talleres y conferencias impartidos, el actual director del Museo Nacional de la Revolución se ha embarcado en un nuevo proyecto: recuperar la dignidad histórica del edificio en el que se tomó la fotografía más emblemática de Emiliano Zapata, así como la imagen más reproducida de un mexicano. Enclavado en el centro de Cuernavaca, Morelos, este edificio - cuenta Miguel Ángel Berumen en entrevista para El Diario - fue la comandancia del Caudillo del Sur entre 1914 y 1916. “Este lugar es donde se posesiona de la capital del estado de Morelos y donde va a negociar una revolución radical con Francisco I. Madero (…). En esos días, cuando él toma posesión militarmente de este espacio, se produce un acontecimiento que tiene que ver con su propia historia, con la historia el país, pero también con la historia de la fotografía mexicana, pues es en este lugar donde se toma su fotografía más famosa y a la postre la más reproducida de un mexicano”, advierte Berumen durante la charla sostenida en su estudio ubicado en las instalaciones del edificio. Este lugar en el que estamos, destaca, significa muchas cosas importantes para los cuernavacences, los morelenses y los mexicanos y tiene también una importancia a nivel internacional porque hoy en día Zapata es uno de los personajes que le da más identidad a la mexicanidad en el mundo, junto con Frida Khalo. “Así que tratar de recuperar este espacio para los mexicanos es también recuperar un espacio para una eventual recuperación del imaginario para el mundo. En este pasillo, el fotógrafo puso su tripié y tomó la fotografía, entonces para mí es sumamente emblemático estar aquí”, reconoce el sociólogo. Lo que pretendemos desde este espacio, explicó, es crear conciencia, tratar de desarrollar un imaginario diferente al que se tiene ahora. Es sorprendente que muchos de los cuernavacences no sepan qué sucedió en este edificio y menos la mayoría de los mexicanos. Para lograrlo, Miguel Ángel Berumen convenció a la familia propietaria del inmueble de recuperar el espacio a través de un Centro Cultural llamado ‘Aquí estuvo Zapata’, a inaugurarse el próximo 27 de noviembre, en el que la fotografía y la Revolución sean los ejes principales. “En este camino también vamos a hablar sobre la importancia del edificio, que tiene la suerte de no haber sido destruido en su totalidad. Ha sufrido daños, pero está en pie, está fuerte y es una gran oportunidad para reencontrar el lugar donde sucedieron las cosas”, advirtió el juarense. Sin embargo, las expectativas del investigador no se limitan a que el lugar permanezca sólo como un Centro Cultural, sino que anhela que se convierta en un Museo de Sitio. “No sé en qué periodo de tiempo. En una primera etapa nosotros no tenemos la capacidad de convertirlo en un museo de sitio, pero en muchos sentidos va a funcionar así. En febrero va a estar listo un libro sobre el edificio, sobre los personajes que estuvieron vinculados a él y este pequeño libro será la base para las visitas guiadas que vamos a tener con turistas y estudiantes”, adelantó. Bien metido en ‘la batalla’ La recuperación del edificio que ocupó Emiliano Zapata, es sólo uno de los proyectos que vinculan a Miguen Ángel Berumen con la Revolución Mexicana, pues desde hace dos años es director del Museo especializado en el tema, ubicado en la capital del país. Una experiencia que según relata el fotohistoriador, llegó sin pensarlo: “tenía 16 años trabajando de manera independiente, sin pertenecer a ninguna institución. Yo venía saliendo de una investigación sobre la disputa del agua del río Colorado entre México y Estados Unidos de 1901 a 1916, esto en la zona de Mexicali, cuando me ofrecieron presentarme en la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, para presentar un proyecto como director del Museo” Me interesó, recordó, porque en los últimos cinco años había estado curando muchas exposiciones y me parecía que la sala de exposiciones me estaba fascinando. “Dirigir un museo era cumplir con esas nuevas expectativas y con esas nuevas emociones que me estaban invadiendo, que es contar la historia en un espacio tridimensional. Me pareció muy interesante. El lugar está vinculado a mi quehacer, la Revolución, así que presenté mi proyecto, curriculum y me quedé”, relató. Una de las grandes satisfacciones de Miguel Ángel Berumen es que sin conocer al secretario de Cultura fuera elegido como el director de dicho Museo, pues “hubiera podido llamar a alguien que conocía y, sin embargo, valoró mi trabajo como independiente para luego entrevistarme y elegirme”. Cuando entré al museo, recordó, pensé que tenía la posibilidad de aprender un montón y ha sido así, una época de gran aprendizaje. Ha sido muy enriquecedor, me siento aumentado Lejos del centro Luego de haber sido director del departamento de cine de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) y, de manera paralela, de la Muestra Permanente de Cine de Calidad en esta ciudad fronteriza, Miguel Ángel Berumen inició con su primera investigación: ‘La Mirada Desenterrada’, con la cual descubrió su verdadera vocación y con la cual ganó por primera vez el Southwest Book Award, además de tener su primer acercamiento formal con sucesos revolucionarios. En aquel tiempo, a inicios del actual milenio, nació un interés personal: rescatar la historia de la región de Ciudad Juárez y El Paso, la cual desembocó en el libro ‘La batalla de Ciudad Juárez’ (Pedro Siller- Miguel Ángel Berumen, 2003). “Este proyecto nace como una preocupación de particulares – el empresario Jesús Muñóz y Berumen Campos - ahora decimos de la sociedad civil, para recuperar su memoria. A pesar de los recursos invertidos y la calidad de la investigación, los juarenses se enfrentaron con el problema de la distribución, pues las grandes editoriales se negaron en un principio a editar la obra y distribuirla, situación que los llevó a crear la editorial Cuadro x Cuadro. “Es la editorial que se va a encargar de editar los primeros libros de nuestra investigación. Posteriormente, uno de estos libros que es ‘Pancho Villa: la construcción del mito’, que tiene mucho éxito en Chihuahua, será comprado por una editorial internacional que es Océano y es como Cuadro por Cuadro y Miguel Ángel Berumen, van a tener una presencia internacional a través de esta obra que se produce desde Juárez, por un pequeño grupo de juarenses y que sin necesidad de llegar a la Ciudad de México, puede producir, desde Ciudad Juárez, una obra con mucha dignidad y con repercusiones internacionales”, recordó con orgullo. “Nosotros le dedicamos tres años a esta investigación para sacar un producto editorial en dos tomos cuando la mayoría de las referencias históricas sobre este suceso nada más le daban cuando mucho dos páginas y nosotros sacamos dos tomos”, recordó. Esta obra, reconoció, fue la que a mí me abrió las puertas a nivel nacional, no necesariamente porque la gente se interesara en la historia de la región sino por la metodología de la investigación. “El dilema era cómo extraer la información de una fotografía, en un documento histórico. Este libro se convirtió en muy poco tiempo en un libro citado por otros historiadores y también un libro que compró editorial Océano y que tuvo una distribución internacional”, afirmó. Esta situación, destacó, es importante porque en México hay un centralismo y eso ha afectado a muchas generaciones. “El país está lleno de talentos y estar lejos del centro no debe de ser un impedimento para hacer las cosas en grande. Tenemos que pensar en hacer las cosas de primer nivel mundial. Si tú estás empeñado en hacer las cosas en grande debe de haber una cosa muy importante que es la crítica y la autocrítica”, concluyó el juarense.