"Apúntenme al Corazón... no me tengan indulgencias, que a los hombres como yo, no se les da en
26 de noviembre... 1919
...::: Felipe Ángeles Ramírez muere fusilado en la ciudad de Chihuahua.
Al triunfo del carrancismo partió a los Estados Unidos con la ayuda del general Maytorena. Ahí se dedicó a organizar a los desterrados políticos opositores a Carranza; de esa forma llegó a formar parte del comité ejecutivo de la Alianza Liberal Mexicana como Vocal.
Al mismo tiempo escribió varios artículos en los que atacaba a Carranza y explicaba su nueva definición ideológica: basado en su lectura de algunas obras de Marx y Engels, terminó por autodenominarse como un socialista evolutivo. Empero, consideró que por ser un país tan atrasado, México aún no estaba preparado para el cambio. Pero al mismo tiempo se pronunciaba defensor de la Constitución de 1857 y de la causa democrática de Madero.
Ángeles regresó al país el 11 de diciembre de 1918 con el propósito de atacar a Carranza. Se presentó con Villa con el Plan del Río Florido cuyo objetivo principal era la restauración de la Constitución de 1857; si bien convenció a Villa de su propuesta, no logró que consintiera en organizar otra vez un ejército. Las cosas no le salieron bien: la relación con Villa se enfrió a partir de que no estuvo de acuerdo en que por dar víveres a los soldados norteamericanos de la Expedición Punitiva, diera muerte a familiares del general constitucionalista Maclovio Herrera; tampoco logró unificar a los rebeldes anticarrancistas ni organizar disciplinadamente a los villistas. No se adaptó a la guerra de guerrillas y terminó separándose de las fuerzas del Centauro, quedando al mando de sólo doce hombres.
Vencido y aislado, merced a una traición fue aprehendido en una cueva del Cerro de las Moras, Cañón de San Tomé, Valle de los Olivos, en el estado de Chihuahua el 15 de noviembre de 1919. Sus captores, civiles miembros de las defensas sociales de la entidad, fueron premiados con diez mil pesos de gratificación.
Fue conducido a la capital de Chihuahua, donde en el Teatro de los Héroes, el 24 de noviembre siguiente, se le formó consejo extraordinario de guerra integrado por los generales Gabriel Gavira, Miguel Acosta, Fernando Peraldi, Silvino M. García y J. Gonzalo Escobar. Durante el juicio, la gente mostraba simpatía por el desventurado general y aplaudía sus intervenciones.
A pesar del clamor de la concurrencia que en la sesión pidió su perdón, se le condenó a muerte por el delito de rebelión. Durante la tarde, comisiones de damas y de extranjeros trataron inútilmente de entrevistarse con el general Manuel M. Diéguez para solicitar el indulto. La defensa solicitó amparo a la Suprema Corte de Justicia, la que contestó que se debía dirigir al juez del Distrito de Ciudad Juárez. En la capital de la República, en la Cámara Baja, el diputado Alfonso Toro fracasó en hacer que se tratara el indulto de Ángeles, que se turnó burocráticamente a comisiones. Carranza tampoco se ocupó de las peticiones de indulto.
Antes de ir al patíbulo, el general José Gonzalo Escobar, miembro del jurado que lo había condenado, le solicitó le escribiera un pensamiento. Por su parte, Ángeles pidió como gracia a sus verdugos que el pelotón tuviera ya las armas listas y que disparara en cuanto llegara. Otra versión fue que pidió se le concediera ordenar él mismo su fusilamiento. Así se hizo a las seis y media de la mañana del 26 de noviembre de 1919 en el cuartel del 21ª Regimiento de Caballería de Chihuahua. El jefe del pelotón, teniente Ramón Ortiz, o el mismo general sólo ordenó: ¡Fuego!
El 15 de noviembre de 1941, Felipe Ángeles fue nombrado Hijo Ilustre del estado de Hidalgo, su entidad natal"